Anoche revalué la burbuja en la que vivo normalmente.
En un recorrido de escasos cinco kilómetros tuve dos desencuentros que echaron por el piso lo que esperaba que mejorara al ir en bicicleta al trabajo. Primero, dos tipos en bicicletas de las de varos millones de pesos se volaron un semáforo peatonal y casi se llevan un niño en el proceso. Su reacción fue reducir la velocidad y pasarle por el lado; siquiera cambiaron el causarle heridas por dejarlo muerto del susto. El segundo, unas calles más adelante, tuvo a un tipo que sin siquiera mediar palabra me echó la bicicleta para adelantarme.
Esta comunidad se puede resumir sin ambages en "lugar para vivir la rutina esperando al día en el que alguien te cague lo suficiente para hacerte daño". No se trata de si pasará, es cuestión de ver cuándo y qué tan grave será.
E igual, el privilege check nos lleva a decir que eso es mejor que lo que le corresponde a la gran mayoría. Así estamos.
noviembre 23, 2016
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