marzo 31, 2024

Following the White Rabbit

I’m just a south american on his late twenties, following Arsenal on a regular basis during the last fifteen years or so. There’s no story about getting myself to Highbury, which is something that I deeply regret. Instead, there’s a story about finding without searching, about curiosity and facing the unexpected.

Up to the late nineties, the access to international football over here used to be quite difficult as it was often expensive and reduced to a few matches. Hence, the world cup finals were often the best chance to watch European players in a whole match instead of the 30-seconds video in the news, being France 1998 the last one I enjoyed in that kind-of-romantic way. Lots of people surely remember all the gossip going around Brazil and Ronaldo, but I cherish for myself another memory, vivid and joyful, which leaded me to explore and find out something else. I gathered many newspapers and magazines (El Gráfico, anyone?) with info about the teams, read a lot about the players and, while I actually watched most of the games for the fun of it, I tended to sat down and follow the Dutch team, curious about their humongous keeper and the defender with a really powerful free kick*, the kind of things that get the kids curious and interested –I guess-. And there he was. I found Dennis Bergkamp.

I have a rather vague image of the goal against South Korea and the same happens with the goal to Yugoslavia. But the goal forever imprinted in my mind was the one he scored to Argentina. I watched it as it happened: the long pass from De Boer, the shadow of the roof on the field, Dennis running through it, then he jumps controlling the ball as he gets in the argentinian box -one touch-, moving it inwards past Ayala -second touch-, and an elegant punt with the right foot -third touch-. Goal. That player that looked unable to challenge opposing defenders actually got rid of them with three touches, sending Ayala to the shops, into a boat back home. I thought then (as I still do) that it was the best goal I have ever seen as it shows an incredible talent used as an effective resource to defeat the opponent.

After that, I followed this somehow physically unimpressive dutch to his club. And there you go, I found the Arsenal. I read and I learned. The interest grew as time went on and… we got cable at home. Then I kept following the trail of the non-flying-dutch on TV as he played great football with some great companions like Henry, Pirès and Vieira (only with online videos, I could see him playing with Wright), even assisting some fancy guy named Robin in his last matches. I still remember the countless Sundays I woke up at 7 am to watch the games, the Invincibles, and much, much more.

During all that time I never had a single shirt, poster or even a desktop background. I just wanted to learn as I followed the white rabbit, pretty much like the old story. True magic. And with magic came love. Support, emotion, despair, sadness. All of them. Love for the club, the team and the people that gathers around it. Even now that I can interact with fellow gunners around the globe through whatever social network is at hand, as the feeling comes closer while the family-like interaction gets stronger.

I followed the white rabbit and I feel like living in wonderland, one matchday at a time.



* I know you know I was talking about Ed de Goeij and Ronald Koeman.


 

Something I wrote in 2012 to be shared in a fansite now extinct.

marzo 20, 2024

Your illusion

Uno se sienta a recordar cosas de Brasil 2014 y, aunque ahora se ve lejano, sigue esa sensación de creer que lo que hicieron esos muchachos en la selección de fútbol fue magia.

Al terminar ese partido, no dije nada y sólo aplaudí. Había estado sentado por tanto tiempo esperando eso y finalmente lo había visto.

Era magia. Nuevamente creía en la magia. La rutina de la vida dio lugar a lo impensado y a creer en cosas imposibles.

Llevaba un año sin poder beber un trago de cualquier cosa con alcohol. Me producía náuseas, posiblemente por asociarlo a numerosas cosas de los años difíciles. El gol de James desbloqueó alguna cosa o reorganizó algún patito fuera de fila. Rotaron la botella de aguardiente y me uní a la celebración.

Supongo que había dejado ir las ganas de no estar más en esa tribu. Porque uno también es la tribu a la que pertenece.

*

Hace un rato fui a Londres. Al norte, para ser más exactos. A tratar de hacer parte de algo que parecía estar sucediendo. Una emoción colectiva que era difícil de describir y podía ubicarse en algún lugar entre la alegría y la incredulidad. El miedo a hacer algo mal y romper el hechizo.

En algún punto, alguno de nosotros lo hizo sin saberlo y la magia se fue. El 2023 resultó ser una mierda de año y la ilusión se fue.

Pero la historia, el camino, la emoción colectiva. ¿Qué queda de la ilusión colectiva?

Tiendo a creer que todo queda. Que la inmensa mayoría de nosotros no vamos a cumplir muchos de nuestros sueños. Y está bien. No tenemos el derecho adquirido a nada. Somos todo lo que nunca llegamos a ser más allá de nuestra imaginación. Y también somos todo lo que vivimos, las emociones que albergamos.

Es una forma extraña de serlo todo. Todo al mismo tiempo, en el mismo lugar.                                            

marzo 16, 2024

Recollection

Creo firmemente que la pregunta no es si todos se hacen existencialistas en algún punto de su vida sino cuándo lo hacen. El qué hacen con eso debe ser la pregunta que sigue.

Cuando todos a tu alrededor se ponen de acuerdo en denominar un evento de tu vida como algo que pudo ser mortal, la conversación que uno mismo tiene con su propia historia se hace más complicada. La narración se hace sinuosa.

Lo que sea que haga que recordemos cosas es también muy hábil para hacer que olvidemos. Ya perdí la cuenta de las películas que vi en 2014 e intenté comenzar a ver nuevamente en algún momento entre 2019 y 2024. Sigo usando icheckmovies para llevar el registro porque ya la memoria no da abasto (y siento que estoy perdiendo el tiempo sin entender el porqué).

Es un poco como las preguntas de Datacrédito Experian. Desde hace cuánto tiene relación con tal empresa de telecomunicaciones. Hace cuánto tiempo tiene la cuenta de ahorros con el banco aquel. Cero a dos años, tres a cinco años, seis a nueve años, diez a quince años, más de quince años. Las referencias se convierten en direcciones bugueñas, yo tenía este número cuando comencé a salir con tal chica, yo tenía el crédito cuando comencé a trabajar en esa empresa y eso fue en tal o cual año. Debería haber estadísticas que muestren que entre más vida, más nos equivocamos contando nuestra propia historia.

Que es larguísima. Si sienten que es muy corta, es porque no han puesto atención. Se sentaron en la silla de atrás y se durmieron en la clase, parce.

Y bueno. También se vale.

*

Por ahora, el camino es ser. Vivir en paz, en el rincón del mundo que lo reciba a uno y ser, viviendo las cosas que uno cree y compartiendo con los que tengan por azar estar alrededor de uno. Dejar ir lo que no será y abrazar todo lo que pueda ser. Sin apegos pero con arraigos. Y disfrutarlo, porque es posible que después ni nos acordemos.

O que, tal vez, como con mis recuerdos de la experiencia casi mortal, todo se vea como Neo recién lo sacan de la Matrix. Una conlección de escenas cortas con cortes que delatan la fragilidad del protagonista, el narrador menos confiable de todos y a su vez, el que mejor podría describir la situación.

diciembre 18, 2023

(In the) Country

La gentrificación del campo. 

Las carreteras bien demarcadas y sin baches, una cosa impensada hace treinta años cuando se necesitaban para sacar lo que se había cultivado o la leche recogida. Muchas señales de tránsito que antes no existían (y tampoco se habían usado mucho). 

Más carros particulares, menos buses, buses más pequeños. Porque antes todos sabían a qué hora pasaban los buses, que seguían un horario para cada empresa. Lo único que podía demorarlos era alguna falla mecánica o algún problema en la vía. Paraban a veces frente a la casa de los tíos en los días más calurosos, buscando añadirle agua al motor para evitar problemas al subir, sacandola de una alberca que alguien puso a la vera del camino.

Las veredas más populosas tienen paradero de bus en la carretera demarcada. Eso implica un andén y unos reductores de velocidad. Es una versión de progreso extraña para una pequeña carretera rodeada de montañas y de un valle profundo.

Los ciclistas suben y bajan por la carretera. Ciclistas que van cada uno en una bicicleta más cara que las casas viejas que sobreviven alrededor de la carretera. Uniformes coloridos y bicicletas ultramodernas, ráudas y silenciosas; ya no se ven bicicletas viejas llevando uno o dos cantinas de leche cruda. Mucha menos gente caminando junto a la carretera, muchísima menos gente a lomo de mula o de yegu,a yendo de una vereda a otra para arriar o mover animales de un terreno a otro.

Carros y camionetas más lujosos, con remolques que llevan bicicletas caras o cuatrimotos. Caravanas de carros que van camino a alguna finca con piscina y numerosas comodidades. Restauantes caros a la orilla de la carretera donde los carros lujosos se detienen para almorzar. Sólo los más viejos saben cuáles son los que han estado siempre y son buenos sin cobrar un montón de dinero para demostrarlo.

Casas de verano y fincas de recreo. Casas con ventanales de doble altura, pastos podados y trabajos de paisajismo en el terreno frente a la entrada. Terrenos sin cultivos, sin animales de granja, limpios y decorados. Conjuntos de casas con vigilancia privada. Nuevos ladrones, menos cuatreros y más apartamenteros. Más inseguridad. Mejor conexión a Internet.

diciembre 14, 2023

Concert

La experiencia de ir a un concierto se ha convertido, sin buscarlo, en una suerte de realidad aumentada accidental. Estás viendo al escenario, que ya tiene dos enormes pantallas a los costados, y de repente te encuentras con una miríada de pequeñas pantallas, cada una interesada en una cosa diferente. Cada una enfocando y registrando un detalle ligeramente diferente, casi como si estuvieras viendo qué pasa por la cabeza de cada uno de sus dueños.

Como si vieras, en simultáneo, todas las cuentas de TikTok e Instagram, al mismo tiempo. Casi que puedes llegar a imaginar loque cada persona dice, se dice, les dice, mientras mira a la pantallita para grabar bien y deja de mirar el mundo real en el proceso.

diciembre 08, 2023

Pax

Se acabó el tiempo en el que había bandos, lados, posturas o facciones definidas.

Se acabó el mundo abierto a ser explorado. El asombro ochentero de la ciudad prohibida más allá de Bertolucci o San Petersburgo sin el lente de las historias. Sujeto a los términos y condiciones del pasaporte.

Se acabó el postureo de la diplomacia que parecía funcionar de alguna forma por 60 o 70 años. Volvemos a la idea de pasar por encima de otros sin más, con el resto mirando hasta que se haga demasiado incómodo.

Lo peor de todo es que todos los análisis nacen del mundillo industrializado y blanquito. Desde el sur global, la única lectura que todo esto admite es que nada impide que el propio rincón del mundo sea la siguiente escala en las guerritas proxy abiertas (no económicas ni escondidas) por recursos.

Y al mismo tiempo, todo sigue igual. Tal vez el capitalismo ya hizo la transición y ahora no invade por petróleo sino por gas y agua. Tal vez.

octubre 21, 2023

Market market market

Votar en la periferia es, normalmente, verse enfrentado a una gran infinidad de candidatos cuestionables o que, para el discurso estándar al menos, serían claramente inferiores a la responsabilidad que se supone que enfrentarán.

Igual, la democracia es precísamente el ejercicio de elegir a cualquiera. Siempre y cuando no sea seguidor del aceleracionismo estúpido de Silicon Valley.

Lo más fresco

Following the White Rabbit

I’m just a south american on his late twenties, following Arsenal on a regular basis during the last fifteen years or so. There...