mayo 31, 2016

Red

Me gustó el post de Javier sobre la forma de entender y pretender resolver un problema social en Bogotá. Deja ver cómo a todos se les exige cumplir con los deberes como individuo en una comunidad incluso si sus derechos son ignorados.

Sé que ya había escrito acá sobre lo inútil que me parece esa exigencia solapada que se dirige a los excluidos para justificar el apoyo de los votantes (que suelen ser los que tienen privilegios suficientes para exigir que se trate a otros como ciudadanos de tercera) y de la sociedad civil (los ciudadanos de primera). No encontré el texto así que sólo queda repetirlo.

La política como entretenimiento pasó de ser una idea de Capusotto a ser un show elaborado, hecho para verse bajo la luz de reflectores y del flash mientras las negociaciones reales se siguen haciendo, como siempre, entre los mismos cuatro o cinco con poder real. Por ahora, la presunción de delincuencia que se endilga a los drogadictos guía el quehacer de quienes usan el presupuesto colectivo, reforzando la marginación y empujando a las víctimas a espacios cada vez más reducidos.

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