Tengo una vida que discurre entre ascensores sin espejo y escaleras con un número impar de escalones. ¿El piso se cuenta como un escalón? Como los ascensores no tienen espejo, terminó viéndome a mí mismo en las videoconferencias, me quedo mirando mi imagen hecha pixeles, con el mismo pelo muy negro y los brazos largos.
Cuando uso pantalones que quedan más ceñidos me siento como Spike Spiegel y salgo a buscar algo para ganarme una recompensa. Termino comprándome algo rico de comer y me siento a ver pasar la gente.
Como en los buses. Como en los restaurantes. Recorro las caras y me quedo viendo un poco al tipo que le habla a alguien de la orden de embargo y de la orden de secuestro de bienes, un poco a la muchacha que habla con su vecino de mesa sobre las protestas que hubo ayer.
Porque andar en bicicleta me ha aislado de los grandes problemas que aquejan a la mayoría. No supe que los buses estaban detenidos hasta que una compañera de oficina llegó pasadas las diez treinta, agotada y frustrada. Me entero de las cosas por las historias que cuentan otros.
Porque mi historia vive en el blog y en la memoria que no me abandona. Además, yo hice curso rápido de nostalgia desde bien pequeño.
marzo 30, 2017
marzo 26, 2017
Dogs
Hay un delicado equilibrio en Bogotá entre la población de perros callejeros y el clima.
Sólo la pertinaz lluvia que cae periódicamente en Bogotá nos permite vivir sin pisar mierda de perro callejero cada treinta segundos. Un bodegón de mierda, pacífico e inexpresivo, se diluye antes del amanecer con una noche de lluvia bogotana y desaparece entre las rendijas de alguna alcantarilla o del arbusto más cercano.
No es una ciudad en la que el clima extremo mate animales sin hogar, así que la tasa de monolitos de mierda que aparecen por los andenes y los parques puede asumirse como constante en el tiempo. Las fundaciones, zoonosis, la gente que pone veneno en los parques y los atropellamientos cumplen su función en el ciclo del nitrógeno.
Uno no alcanza a imaginarse lo cercanos que son la mierda y la lluvia.
Sólo la pertinaz lluvia que cae periódicamente en Bogotá nos permite vivir sin pisar mierda de perro callejero cada treinta segundos. Un bodegón de mierda, pacífico e inexpresivo, se diluye antes del amanecer con una noche de lluvia bogotana y desaparece entre las rendijas de alguna alcantarilla o del arbusto más cercano.
No es una ciudad en la que el clima extremo mate animales sin hogar, así que la tasa de monolitos de mierda que aparecen por los andenes y los parques puede asumirse como constante en el tiempo. Las fundaciones, zoonosis, la gente que pone veneno en los parques y los atropellamientos cumplen su función en el ciclo del nitrógeno.
Uno no alcanza a imaginarse lo cercanos que son la mierda y la lluvia.
marzo 21, 2017
Segregation
What the state of Israel does and enforces through its policies and regulations is racial segregation towards Palestinian people. That has a name in international law: Apartheid.
marzo 19, 2017
Nein
Sólo cuando uno se permite cuestionar las cosas que tiene por hábitos, sólo ahí, es posible revisar y rehacer cosas que se pueden hacer mejor.
Uno lee que más de uno elige hacer las cosas al revés, con las patas, saltándose el consentimiento de los otros con tal de evitar que le digan que no. Todos andamos con el miedo a que nos digan que no y eso nos impulsa a la ilegalidad, el acoso, pasarnos por la faja que el otro nos dé su consentimiento. Ya decían por ahí que mentir es buscar algo con miedo a que nos digan que no, a que no nos permitan obtenerlo. La cosa es entonces, revisar qué es lo que nos da miedo, cuál es el no por el que estamos justificando la forma en la que hacemos las cosas. Igual, recibir un No por respuesta no nos invalida y sólo estamos permitiendo que el otro decida de la misma forma que nosotros decidimos arriesgarnos.
Todo tan simple y tan adolescente en el caso de la noticia que cito: ¡Pídale el teléfono, huevón! Arriésguese a que le digan que no pero en igualdad de términos y sin invadir los espacios ajenos sólo porque sus sentimientos son sinceros.
Uno lee que más de uno elige hacer las cosas al revés, con las patas, saltándose el consentimiento de los otros con tal de evitar que le digan que no. Todos andamos con el miedo a que nos digan que no y eso nos impulsa a la ilegalidad, el acoso, pasarnos por la faja que el otro nos dé su consentimiento. Ya decían por ahí que mentir es buscar algo con miedo a que nos digan que no, a que no nos permitan obtenerlo. La cosa es entonces, revisar qué es lo que nos da miedo, cuál es el no por el que estamos justificando la forma en la que hacemos las cosas. Igual, recibir un No por respuesta no nos invalida y sólo estamos permitiendo que el otro decida de la misma forma que nosotros decidimos arriesgarnos.
Todo tan simple y tan adolescente en el caso de la noticia que cito: ¡Pídale el teléfono, huevón! Arriésguese a que le digan que no pero en igualdad de términos y sin invadir los espacios ajenos sólo porque sus sentimientos son sinceros.
marzo 18, 2017
Restorán
La gentrificación no es un proceso gradual que pase frente a los ojos de la gente. Es repentino que una calle se llene de restaurantes cuyos vecinos no pueden pagar y a los que sus comensales llegan en camionetas (sí, varias, con escoltas). Una puerta conspícua, un cartelito de Valet parking y ya está, ha nacido un nuevo restaurante que cobra por la experiencia.
Yo sigo preocupado por el precio al que llegaron el arroz con pollo y el arroz chino. Es inaceptable.
Yo sigo preocupado por el precio al que llegaron el arroz con pollo y el arroz chino. Es inaceptable.
marzo 17, 2017
Untrusted
Yo pongo papelito para tapar la cámara web desde que tengo cámara web.
Yo uso autenticación de dos factores en los sitios que me importan.
Yo cifro el contenido de mi móvil y del disco duro en el portátil.
Yo dejo las tarjetas de crédito en un sitio seguro y sólo cargo una, que está llena de restricciones y notificaciones.
Lleno mis productos bancarios de notificaciones por todos los canales.
Yo procuro usar software sobre el que no hay reportes constantes de vulnerabilidades.
Yo procuro usar DuckDuckGo como buscador en todos mis dispositivos.
Yo uso la opción Do Not Track en todos los navegadores.
Mis contraseñas son passphrases de al menos veinticinco caracteres (excepto con Microsoft que no deja usar más de quince).
Uso contraseñas de menor complejidad en sitios que no tienen información importante y que no dan acceso a otros perfiles míos en otros sitios.
Uso autenticación a través de los sitios más seguros (los de contraseñas más complejas y varios factores de autenticación, como Google o Facebook) cuando creo perfiles en otros sitios siempre y cuando no pidan ver más información de la necesaria en mi perfil. No necesitas acceso a publicar por mi cuenta en mi perfil para autenticarme.
No instalo software de fuentes no conocidas a menos que lo pruebe primero en un ambiente controlado (una máquina virtual, un computador sobre Linux que no va a ejecutar un .exe ni va a cargar una .dll ni tiene un registro que se pueda modificar).
Borro mis datos de sitios que ya no use y procuro revisar que sus políticas especifiquen el que mis datos serán borrados permanentemente. Si no es así, les escribo pidiendo que lo hagan.
La combinación de mi nombre y mi número de documento es información valiosa. Como tal, procuro cuidarla y no dejar que viaje por ahí desatendida.
Constantemente procuro revisar qué aplicaciones tienen acceso a mis datos y revoco los permisos de las que ya no uso o no quiero usar.
Reviso cada vez que voy a hacer clic, para ver si la dirección puede tener alguna relación con lo que espero ver (www.eltiempo.com/noticia/lo-mataron-por-no-dar-para-el-guaro es diciente, www.xyz:8080/davivienda parece inseguro porque no sé a dónde me va a llevar).
No creo en anuncios de ofertas a menos que quien ofrece esté haciendo esa misma campaña por otro medio. ¿Me llaman a darme un premio? Hago memoria para ver si participé o les di mis datos, además de buscar algún anuncio en Facebook o en el sitio web de quien me premia.
Pero eso soy yo. No sé ustedes y no les voy a decir qué hacer.
Yo uso autenticación de dos factores en los sitios que me importan.
Yo cifro el contenido de mi móvil y del disco duro en el portátil.
Yo dejo las tarjetas de crédito en un sitio seguro y sólo cargo una, que está llena de restricciones y notificaciones.
Lleno mis productos bancarios de notificaciones por todos los canales.
Yo procuro usar software sobre el que no hay reportes constantes de vulnerabilidades.
Yo procuro usar DuckDuckGo como buscador en todos mis dispositivos.
Yo uso la opción Do Not Track en todos los navegadores.
Mis contraseñas son passphrases de al menos veinticinco caracteres (excepto con Microsoft que no deja usar más de quince).
Uso contraseñas de menor complejidad en sitios que no tienen información importante y que no dan acceso a otros perfiles míos en otros sitios.
Uso autenticación a través de los sitios más seguros (los de contraseñas más complejas y varios factores de autenticación, como Google o Facebook) cuando creo perfiles en otros sitios siempre y cuando no pidan ver más información de la necesaria en mi perfil. No necesitas acceso a publicar por mi cuenta en mi perfil para autenticarme.
No instalo software de fuentes no conocidas a menos que lo pruebe primero en un ambiente controlado (una máquina virtual, un computador sobre Linux que no va a ejecutar un .exe ni va a cargar una .dll ni tiene un registro que se pueda modificar).
Borro mis datos de sitios que ya no use y procuro revisar que sus políticas especifiquen el que mis datos serán borrados permanentemente. Si no es así, les escribo pidiendo que lo hagan.
La combinación de mi nombre y mi número de documento es información valiosa. Como tal, procuro cuidarla y no dejar que viaje por ahí desatendida.
Constantemente procuro revisar qué aplicaciones tienen acceso a mis datos y revoco los permisos de las que ya no uso o no quiero usar.
Reviso cada vez que voy a hacer clic, para ver si la dirección puede tener alguna relación con lo que espero ver (www.eltiempo.com/noticia/lo-mataron-por-no-dar-para-el-guaro es diciente, www.xyz:8080/davivienda parece inseguro porque no sé a dónde me va a llevar).
No creo en anuncios de ofertas a menos que quien ofrece esté haciendo esa misma campaña por otro medio. ¿Me llaman a darme un premio? Hago memoria para ver si participé o les di mis datos, además de buscar algún anuncio en Facebook o en el sitio web de quien me premia.
Pero eso soy yo. No sé ustedes y no les voy a decir qué hacer.
marzo 16, 2017
Stage
Anoche estaba viendo el lanzamiento de un cohete de SpaceX que transportaba un satélite que iba a quedar en órbita geoestacionaria.
Lo estaba viendo porque vivimos en una época en la que estos eventos se pueden transmitir en vivo para que muchísimas personas en todo el mundo puedan verlos en vivo.
Lo estaba viendo además, porque vivimos en una época en la que el capital privado está empujando para avanzar en la exploración espacial.
Lo estaba viendo también, porque ver cohetes es muy divertido.
Las personas que llegaban a ver la transmisión por Facebook preguntaban si ya iba a aterrizar de vuelta la etapa I del cohete. Ver aterrizar un cohete que acaba de despegar es fascinante y, a la vez, es algo que las personas ya esperan.
Caray.
Lo estaba viendo porque vivimos en una época en la que estos eventos se pueden transmitir en vivo para que muchísimas personas en todo el mundo puedan verlos en vivo.
Lo estaba viendo además, porque vivimos en una época en la que el capital privado está empujando para avanzar en la exploración espacial.
Lo estaba viendo también, porque ver cohetes es muy divertido.
Las personas que llegaban a ver la transmisión por Facebook preguntaban si ya iba a aterrizar de vuelta la etapa I del cohete. Ver aterrizar un cohete que acaba de despegar es fascinante y, a la vez, es algo que las personas ya esperan.
Caray.
marzo 15, 2017
Beard
Un señor iba caminando por la once hacia el norte, jugando a gritar ¡BARBAS! cada vez que veía pasar a alguien con barba por la calle. Gritaba ¡BARBAS! y luego decía sin gritar: -Les van a cortar esa baaarbaaa.-
Sólo atiné a responderle: -No me diga eso que me asusto, veciiinooo-.
Nos reímos y seguimos caminando en direcciones opuestas.
¡BAAaaaaarbaaass!
*
Me leí finalmente uno de los libros de Alexiévich y quedé con la sensación de haber visto un documental en forma de libro. Un compendio de emociones que tienen en común la guerra sovieta en Afganistán. ¿Cuánta empatía hace falta para sentarse con tantas personas y escuchar lo que quieran decir, para preguntar sin menospreciar o sin ofrecer lástima? Qué difícil recopilar tantos relatos y qué difícil es ver que todo eso ha permanecido como la mugre, bajo un tapete, por tanto tiempo.
**
Uno no cree que algo pueda ser peor que Matt Damon en medio de una batalla en la muralla china. Luego aparece Scarlett Johansson en los anuncios de Fantasma en la concha. Como desagravio, compré el blu-ray del original.
***
Regalé mi computador de escritorio. Alguien lo necesitaba más que yo y ahora puede estudiar y practicar más fácil en su casa.
Al mismo tiempo, tuve que dejar el móvil en revisión. Eso significa que he llegado a la casa a leer, comer y hacer mockups de dos apps que quiero hacer. Cuando tenga en qué, claro. ¿Compu de escritorio o portátil, qué dicen?
Extraño subir mis fotos a Instagram y Flickr. ¿Extrañan mis fotos?
(Adenda: Un portátil Mac cuesta seis millones de pesos. O más.)
****
Anoche tuve un sueño en el que componía una canción. Me desperté y saqué al perro tarareándola. Me volví a acostar y la olvidé. De pronto me soñé todo eso.
Sólo atiné a responderle: -No me diga eso que me asusto, veciiinooo-.
Nos reímos y seguimos caminando en direcciones opuestas.
¡BAAaaaaarbaaass!
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Me leí finalmente uno de los libros de Alexiévich y quedé con la sensación de haber visto un documental en forma de libro. Un compendio de emociones que tienen en común la guerra sovieta en Afganistán. ¿Cuánta empatía hace falta para sentarse con tantas personas y escuchar lo que quieran decir, para preguntar sin menospreciar o sin ofrecer lástima? Qué difícil recopilar tantos relatos y qué difícil es ver que todo eso ha permanecido como la mugre, bajo un tapete, por tanto tiempo.
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Uno no cree que algo pueda ser peor que Matt Damon en medio de una batalla en la muralla china. Luego aparece Scarlett Johansson en los anuncios de Fantasma en la concha. Como desagravio, compré el blu-ray del original.
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Regalé mi computador de escritorio. Alguien lo necesitaba más que yo y ahora puede estudiar y practicar más fácil en su casa.
Al mismo tiempo, tuve que dejar el móvil en revisión. Eso significa que he llegado a la casa a leer, comer y hacer mockups de dos apps que quiero hacer. Cuando tenga en qué, claro. ¿Compu de escritorio o portátil, qué dicen?
Extraño subir mis fotos a Instagram y Flickr. ¿Extrañan mis fotos?
(Adenda: Un portátil Mac cuesta seis millones de pesos. O más.)
****
Anoche tuve un sueño en el que componía una canción. Me desperté y saqué al perro tarareándola. Me volví a acostar y la olvidé. De pronto me soñé todo eso.
marzo 13, 2017
Dormir
Una de las cosas más difíciles de sobrellevar cuando estaba en el colegio era el tratar de despertarme cada mañana, lo suficientemente temprano como para poderme bañar, vestir, desayunar y alistar todo para salir. Como vivía lejos del colegio, los primeros años me recogían antes del amanecer porque el recorrido tomaba casi hora y media. Salía a una hora en la que hacía un frío tremendo, los copetones se contaban las andanzas de la noche, los repartidores de periódicos iban en bicicleta dejando los paquetes en cada portería y pasaban apenas un par de buses con andar cancino, como esperando la aparición de más pasajeros.
Recuerdo que era difícil no querer seguir durmiendo o que muchas veces pensé en llevarme mi oso de felpa para mantenerlo sobre la cabeza mientras esperaba. Esperar a que me recogieran siempre era aburrido, implicaba desayunar rápido (y yo no disfruto el comer rápido). A veces desayunaba algún cereal, a veces desayunaba caldo de papa, a veces era café con leche y fruta. Siempre tenía sueño.
Hubo una época en la que comenzaron a poner programación en la televisión pública las veinticuatro horas, lo que llevó a las programadoras a conseguir series baratas. Llegaron de vuelta los clásicos como El Santo (Simon Templart) o Quo Vadis. ¡Había televisión en la madrugada!
Sin importar lo que hubiese desayunado, siempre tenía sueño de camino al colegio. Recuerdo ver a los cerros y ver las luces de las casas dibujando algo muy parecido a un mapamundi sobre la falda de la montaña. Después de ver eso, normalmente me iba quedando dormido sin más. Caía sobre los hombros de los vecinos o me golpeaba contra la ventana una y otra vez. Apenas me despertaba para oír a los que se reían cuando escuchaban el golpe contra el vidrio o para oír al que me decía cómo podía recostarme hacia adelante y dormir sin molestar a nadie.
Qué difícil era levantarse para ir al colegio.
Recuerdo que era difícil no querer seguir durmiendo o que muchas veces pensé en llevarme mi oso de felpa para mantenerlo sobre la cabeza mientras esperaba. Esperar a que me recogieran siempre era aburrido, implicaba desayunar rápido (y yo no disfruto el comer rápido). A veces desayunaba algún cereal, a veces desayunaba caldo de papa, a veces era café con leche y fruta. Siempre tenía sueño.
Hubo una época en la que comenzaron a poner programación en la televisión pública las veinticuatro horas, lo que llevó a las programadoras a conseguir series baratas. Llegaron de vuelta los clásicos como El Santo (Simon Templart) o Quo Vadis. ¡Había televisión en la madrugada!
Sin importar lo que hubiese desayunado, siempre tenía sueño de camino al colegio. Recuerdo ver a los cerros y ver las luces de las casas dibujando algo muy parecido a un mapamundi sobre la falda de la montaña. Después de ver eso, normalmente me iba quedando dormido sin más. Caía sobre los hombros de los vecinos o me golpeaba contra la ventana una y otra vez. Apenas me despertaba para oír a los que se reían cuando escuchaban el golpe contra el vidrio o para oír al que me decía cómo podía recostarme hacia adelante y dormir sin molestar a nadie.
Qué difícil era levantarse para ir al colegio.
marzo 09, 2017
Licker
Please stay silly. Stay curious. Use your reasoning to check if it won't harm you and then go have fun, try things by yourself.
I kinda like this sort of things.
I kinda like this sort of things.
marzo 07, 2017
Epilogue
Me molesta saber de antemano qué va a pasar en el siguiente episodio, en la otra mitad del libro o en el desenlace de la película.
Yo dije: era de suponerse que había un montón de gente con un montón de poder y mucho dinero, buscando que las cosas no cambiaran. Pues bien, los medios cubren de forma mediocre las luchas por el poder que se dan entre guerrilleros y paramilitares, evitando hablar de paramilitares así estos se denominen a sí mismos autodefensas, así amenacen líderes sociales y los maten. Porque qué miedo decir que sigue habiendo paramilitarismo en este país. Qué gran misterio, oh dios de los ejércitos, resulta ser el que siga habiendo gente protegiendo la propiedad y la tradición con balas y fusiles.
"Bandas criminales". Eufemismos culos y ese.
Yo dije: era de suponerse que había un montón de gente con un montón de poder y mucho dinero, buscando que las cosas no cambiaran. Pues bien, los medios cubren de forma mediocre las luchas por el poder que se dan entre guerrilleros y paramilitares, evitando hablar de paramilitares así estos se denominen a sí mismos autodefensas, así amenacen líderes sociales y los maten. Porque qué miedo decir que sigue habiendo paramilitarismo en este país. Qué gran misterio, oh dios de los ejércitos, resulta ser el que siga habiendo gente protegiendo la propiedad y la tradición con balas y fusiles.
"Bandas criminales". Eufemismos culos y ese.
marzo 06, 2017
Ghastly
Un fantasma es un proxy entre la realidad y nuestras emociones. Todo cruza al fantasma y, de acuerdo a como esté definido el fantasma, lo que nuestras emociones reciben llega modificado o llega directo desde la realidad.
Es un codificador de patrones. Lo ponemos entre nosotros y todo aquello que no entendemos, incluso si son partes de uno mismo que no se entienden. Lo usamos para codificar eso incomprensible en términos cotidianos para nuestras elaboraciones.
La exnovia, el hermano muerto, la amistad perdida, todas son representaciones espectrales que no existen más allá de la propia descripción que se tiene de la realidad. Todas esas representaciones aluden a algo ya muerto (de forma figurada y puede que de forma real). Qué curioso resulta describir lo vivo, lo que fluye y existe, a partir de definiciones nacidas de lo muerto, de lo que permanece en equilibrio e inmutable.
Qué forma enfermiza de lidiar con la nostalgia es esa.
Es un codificador de patrones. Lo ponemos entre nosotros y todo aquello que no entendemos, incluso si son partes de uno mismo que no se entienden. Lo usamos para codificar eso incomprensible en términos cotidianos para nuestras elaboraciones.
La exnovia, el hermano muerto, la amistad perdida, todas son representaciones espectrales que no existen más allá de la propia descripción que se tiene de la realidad. Todas esas representaciones aluden a algo ya muerto (de forma figurada y puede que de forma real). Qué curioso resulta describir lo vivo, lo que fluye y existe, a partir de definiciones nacidas de lo muerto, de lo que permanece en equilibrio e inmutable.
Qué forma enfermiza de lidiar con la nostalgia es esa.
marzo 05, 2017
Mirror
Uno de los ejercicios que ayudaron a lidiar con la depresión fue el reconocer las cosas que, a mi parecer, yo hago bien. Eventualmente llegué a verlo como una forma de dar valor a aquellas decisiones que tomé en el pasado y me permitieron aprender a hacer algunas cosas bien.
Teniendo en cuenta eso, ¿qué tan importante es el ser justo consigo mismo? Creer que yo realmente sea la mejor versión de mí mismo, lo más cercano a los deseos y a las posibilidades reales, a los sueños y a las enfermedades, a los recursos que tenía mi familia y al azar del camino. Creer que otros caminos eran simplemente menos probables, menos fructíferos y menos felices en el largo plazo. Creer que voy por un camino que seguro puede mejorar pero que tiene un mínimo bueno y que, para todo lo bueno y lo malo que hay por venir, esta es la mejor versión del yo que podría haber llegado a haber hasta ahora.
Es más. Incluso si hay cosas por mejorar ya identificadas, si hay cosas por hacer en mí mismo, no hay nada diferente a este yo que ofrezco (como bien lo dice Juana sin miedo). Este es el yo que hay para los demás y reconocerlo me permite ser más justo conmigo. ¿Qué de eso es inmutable y qué es maleable? Quiero creer que cada uno de nosotros tiene el poder de decidirlo. Creerlo es lo que me saca de la cama cada mañana (o me mantiene en ella cuando decido no salir por un rato). Creerlo, además, no implica desacreditar al yo del pasado que decidió de la mejor forma con lo que sabía y tenía a la mano. Muy verraco el yo del pasado que se arriesgó a decidir y a intentar.
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