La diferencia de velocidad en el fluído de las dos zonas tiene como consecuencia una disminución en la presión dentro de la región en la que aquel se ve forzado a cubrir una mayor distancia en el mismo tiempo, disminución que hace a la superficie moverse y ocupar dicha zona. Una generalización de un fenómeno, tan simple como parece, garantiza el que podamos replicar el experimento cuantas veces lo deseemos, condicionado tan sólo por la obtención de la energía requerida para mantener el impulso horizontal.
Una vez garantizas ésto, puedes usar la superficie sujeta a la diferencia de presión, para llevar sobre ella cualquier cosa, cualquier persona, recordando siempre calcular la fuerza ascendente ejercida por la región de mayor presión. Habiendo elegido la carga y la compañía deseadas, es posible hacer el vuelo un poco maś cómodo -si es que se ha dejado capacidad de sobra, claro-.
Con todo esto preparado, ya estás listo para viajar a tu destino, así tu motivación sea irracional, estúpida o infantil. A la diferencia de presión no le tienes que explicar lo que haces. Tal vez la estás confundiendo con tus miedos.
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