marzo 30, 2012

Degree

Tengo amplia experiencia esperando gente estando sentado en bancas de parque. Ya sea que estén puestas dentro de un edificio -que las hay- o a la vera del camino, pero bancas de parque al fin y al cabo. Siempre estoy sentado en la banca, siempre escucho música para aquello del ensimismarse, siempre miro hacia arriba y hago cara de idiota (creería yo). Igual, creo que hay algunos elementos básicos para sentarse y esperar con éxito (sin huir o recibir a quien espera con cara de odio o aburrimiento).

Antes de sentarse a esperar es importante tener en cuenta el clima. Si la banca está al aire libre, considere la opción de encontrarse esperando bajo la lluvia. Tenga en cuenta el pronóstico para el día y confirme su banca de encuentro el mismo día según lo que encuentre y observe en el cielo.

El primer truco para esperar está en lograr una posición cómoda en la banca, acorde con su volumen corporal y con el clima. Puede sentarse normalmente, pero si está ansioso va a comenzar a mover los piés de puro aburrimiento y si no quiere verse nervioso es mejor que lo evite. Si es de contextura delgada, puede cruzar las piernas y acomodar la espalda tan cerca al respaldo de la banca como le sea posible para dar espacio a las piernas. Si lo logra, será una posición cómoda que sólo genera cansancio tras una hora de espera (lo habrán plantado, posiblemente) y en climas fríos ayuda a conservar el calor. No es buena idea acostarse a menos que quiera que lo despierten (otro problema puede ser el lograr acostarse en la banca de acuerdo a su estatura).

Tenga a la mano algo para leer o escuchar, evitando en lo posible el aburrimiento. Libro, revista o algún dispositivo con sus canciones favoritas para ambientar la espera (y según sea el motivo, tener algo qué recordar de la espera y del encuentro). Puede comer algo mientras sea moderado y ojalá sin excederse en líquidos. Encontrarse sentado esperando (sin poder irse), con la necesidad irrefrenable de ir al baño, normalmente es muy poco placentero y puede echar al traste todo lo planeado (que, según sea el tipo de encuentro y su nivel de ansiedad, puede llegar a ser difícil de manejar).

Al final, el encuentro mismo enviará el recuerdo de la espera a un segundo plano y posiblemente no recuerde mayor cosa. Puede que recuerde algunas cosas que le gusten si el encuentro mismo fue agradable. Puede que recuerde en detalle el momento del encuentro si definitivamente fue especial para usted.

No tenga miedo de esperar; permítase desear que llegue aquella persona a quien espera.

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