marzo 13, 2012

Caja

Subió otra vez al árbol desde el que veía todo el vecindario. Frondoso a veces, con hojas amarillentas ahora, este era su árbol.

Al llegar a su rama favorita, miró hacia abajo y vió lo impensable. Era su cuerpo dentro de una caja, apenas descubierto y observado por un hombre de pelo corto y bata blanca.

Mientras el hombre anotaba, casi rabioso, el gato sólo atinó a sentirse medio muerto.

No hay comentarios.:

Lo más fresco

Photojournalism

Hoy todos estamos lamentando que Sebastiao Salgado ya no esté más. Pero al mismo tiempo estamos todos hablando de cómo está presente todo el...