agosto 12, 2016

Cuentas

Lo que ando pensando, en forma de lista, es que:

a.) La discusión que se dio alrededor de las cartillas del Ministerio es un acto político qure crea una coyuntura donde no la había, aprovechando una publicación cualquiera que resultó ser falsa (lo que no importó, igual) y que ni sabemos con qué intención se hizo.

b.) El resultado -como pronunciamientos- es un conjunto de cálculos políticos que minimizan las pérdidas.

c.) Por ahi derecho, el Procurador comenzó a hacer campaña sin hacerla.

d) La negociación de La Habana no nos representa por principio, sí por forma. La negociación es entre la facción de la élite que cede privilegios para terminar la guerra, y las FARC que buscaba poder político. Otra cosa es que, en promedio, a los ciudadanos de a pie nos va mejor con eso porque los términos del acuerdo nos incluyen.

e) Hay otra facción de la élite que no quiere ceder. Ya hemos visto el poder que tienen para movilizar personas de a pie usando discursos fáciles, simples y efectivos. Y lo seguirán haciendo porque también se puede detener un proceso por inanición, sin el No directo.

f) Esa distancia entre personas con poder real (económico y político) garantiza que el fin del conflicto llevará a otra etapa diferente, como la que vivimos ahora, en la que no habrá grandes hechos de violencia pero seguiremos sin ser incluyentes y convivir en el día a día. Una interacción con microagresiones, tratos solapados y problemas de fondo. Con suerte, después de la negociación seremos más los que busquemos construir.


Sigo sin creer en ustedes los colombianos.

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