El ajiaco para mí es compartir.
Desde que tengo memoria, mamá siempre preparaba un ajiaco delicioso en la noche de navidad y lo compartía con otros. Vecinos, familiares o incluso con aquellos pobres vigilantes que tenían por suerte estar allí cuidando bienes ajenos a esa hora. Una imagen perenne de lo que significa la redistribución.
Ofrecer algo al otro. Porque puede que lo necesite pero el valor está en compartir algo realmente tuyo. Algo que bien puedes ofrecerte a ti mismo.
abril 15, 2013
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Lo más fresco
Following the White Rabbit
I’m just a south american on his late twenties, following Arsenal on a regular basis during the last fifteen years or so. There...
-
Parce, podrán decir lo que quieran, pero cada vez que uno manda un pull request a un proyecto en el que no ha estado antes, eso se siente m...
-
El problema no es que lo hagas, el problema es el sentido... Mucho tiempo atrás, observando las cosas que me parecían inútiles, observé que ...
-
La gentrificación del campo. Las carreteras bien demarcadas y sin baches, una cosa impensada hace treinta años cuando se necesitaban para s...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario