¿A ustedes también les pasa que van al baño, orinan o cagan, y después sienten un escalofrío inesperado? Que además, no debería ser inesperado porque siempre nos pasa.
Qué peculiar forma de probar la transferencia de calor entre un cuerpo más caliente y otro más frío. De paso, hablar de la capacidad calorífica de la caca y de la orina, que parece ser mayor que la del aire que los sustituye.
Ese escalofrío asociado con el bienestar que trae desalojar las entrañas.
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