abril 16, 2005

Víctor

Recuerdo que, al llegar del jardín infantil, en un día normal, pasaba la tarde en casa de unos vecinos que eran dueños de una platería. Recuerdo su casa amplia, de tres pisos, donde era cuidado por los señores Sánchez y su hija, Adriana.

Recuerdo escuchar algunas veces unas canciones que inicialmente me parecían tristes. Lánguidas voces dejando entrever sentimientos que me eran extraños, pero de los que todos hablaban una que otra vez.

Ahora, más de 15 años después, recuerdo perfectamente las voces de Abel y Víctor. Andate... andate, no pretendas comprarme con tus besos...

Gracias a Víctor y a Abel, por hacer parte de mi infancia. Gracias a Víctor por vivir expresando sentimientos tan comunes, tan humanos.

No será para mi la vida igual, se fue mi compañero de escenario...mi compañero de peleas... de éxitos... de aplausos y de logros por demás inimaginables que nos toco vivir.

Nunca se callara la voz de un cantor...nunca se morirá la pluma de un poeta porque sus obras e interpretaciones sobreviran a través del tiempo.
Abel Visconti




Qué triste no haberlos escuchado juntos en vivo hace un mes que se presentaron aquí en Colombia... pues nada, Víctor seguirá vivo en las canciones de siempre.

Bis bald!!

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