septiembre 15, 2015

Scully

Creo que siempre he querido saber cómo funciona algo, por qué funciona así. Eso normalmente tiene línea directa con un escepticismo voraz que todo lo engulle y no siempre devuelve las cosas en buen estado.

En la niñez uno se encontraba con publicaciones sobre misterios, rumores e historias de otros mundos. Revistas que explicaban el último avistamiento de ovnis, libros que recopilaban relatos sobre encuentros inexplicables con seres desconocidos (e incluían dibujos para aumentar el impacto del relato). Todo eso lo consumíamos con avidez pero me sentía un poco solo en lo de cuestionar los relatos; era más fácil creer.

Tal vez es por eso que me gustó tanto encontrar en el televisor esa serie llamada Archivos X (que después sería traducida como Los Expedientes Secretos X y luego sabríamos que eran realmente X-files). Era una historia en la que cada capítulo mostraba una búsqueda alrededor de un relato como los que yo encontraba y cuestionaba, una exploración y un resultado que a veces mostraba lo mejor (o peor) de la credulidad humana y a veces contribuía con el avance de la historia principal (la que es común a todos los capítulos).

Era raro encontrar algo así en la televisión y por eso mismo creo que comencé a seguirla con regularidad. Recuerdo que encontraba televisores en donde estuviese para poder ver a Mulder y Scully el sábado a las 3pm por el canal A -porque lo pasaba RCN televisión-. Recuerdo que llegué al punto en el que estaba con mamá en una oficina -a la que nunca había ido- en la lejana Cazucá y allí acomodé un televisor en algún rincón donde pude ver el capítulo de esa semana.

El encanto de esa serie para mí estaba en la historia, en los detalles, en la gran historia alrededor de cada capítulo (el gran esquema de las cosas). También era como soñar un poquito, no lo sé. Al final, siempre era sentirse mucho como Scully y muy poco como Mulder. Porque Scully no era un patiño del valiente agente federal; ella seguía su camino a través de la historia, hacía su trabajo y enfrentaba sus miedos, y yo elegía seguirla a ella para ver si otra vez tenía que cubrir al cabeza de termo Mulder cuando sus caminos se encontraran.

Creo además que Dana Scully es uno de mis personajes de ficción favoritos y más de una pregunta que me hice se vio reflejada en los dilemas de ella con sus creencias y sus miedos.

Al final la serie se alargó más de la cuenta, añadieron más cosas, hicieron un spin off y una historia alterna en el mismo universo (que bien podrían ser un capítulo más) y crearon un gran final que apenas vi de reojo porque la idea original se había diluido más de la cuenta. Sé que hubo una cueva, helicópteros y explosiones pero sólo fue un gran ¡meh!. A diferencia de muchas otras series, la primera película añadió cosas interesantes a la historia, mientras que la segunda sólo pareció ser un rito de paso para que los actores y el director pudiesen seguir tranquilos con sus vidas.

Ojalá que la nueva película que dicen planear reviviera algo de eso que ofreció en sus inicios. Ahora que todos graban videos en full HD con cualquier celular ya no hay avistamientos de nada ni historias de nada. Sólo Nessie y Bigfoot siguen firmes en su papel de misterios sin resolver; a la gente ya nada la asombra, todo la indigna.

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