junio 12, 2024

Compugreiff

El otro día fui a que le hicieran mantenimiento al celular en Unilago y vi dos muchachitos saliendo cada uno con su caja ATX nueva y con cara de acontecimiento, casi que mirándose el uno al otro, repasando mentalmente los planes a seguir. Con contentura genuina de por fin poder armar su compu como lo quieren y hasta donde da el presupuesto. El propio o el de los papás.

El acceso masivo a los dispositivos portátiles de cómputo se da por sentado, pero hace quince años eso no existía. El iPhone era aún novedad y muchos aún andaban con su teléfono GPRS o con los viejos Symbian (sí, corrían sobre Java) para jugar algún que otro jueguito. En las universidades públicas, los avistamientos de portátiles eran raros y limitados a los que tenían más dinero. Incluso en las privadas, había servicio de alquiler de portátiles para trabajar dentro del campus. Lo común durante toda mi vida universitaria fue cargar diskettes 3.5'' primero, discos duros después (en bolsas antiestática, por supuesto), los CD regrabables a veces (cuando el amigo con unidad quemadora la prestaba; era cara) y las memorias USB al final (con sus 128 MB de poder, inicialmente).

En ese contexto, comprar un computador de marcas reconocidas entraba en una de dos opciones: un lujo o una compra de persona que no sabía nada y sólo necesitaba que funcione. Aplicaba para equipo de escritorio o portátil. Y es por eso mismo que la industria de la importación, distribución y ensamblaje de computadores de escritorio fue tan próspera aquí. El antiguo parque Gaitán dio paso a muchas construcciones (que terminaron torcidas por el suelo cenagoso) y a un gran edificio de locales comerciales especializados en preguntar qué anda buscando y en ofrecer programas, juegos, películas. Los lugares donde uno iba con lista, cual carta al niño dios, para armar su compu soñado. Cotizar y buscar la tarjeta de video al mejor precio, una board compatible con un procesador para el que alcanzara el dinero. La mejor memoria RAM compatible con la board nueva.

En ese mismo contexto, no había aún un uso masivo de Internet para encontrar cosas cotidianas. El almacén, la comparación de precios, la mejor versión de algo. El volante con precios de partes y accesorios seguía siendo relevante y necesario. Es ahí donde Compugreiff fue exitoso. Un volante amarillo tamaño carta que cambiaba cada semana (dependiendo de la cotización del dólar, supongo) con precios de partes, accesorios y algunos programas. La referencia de todos para saber más o menos cuánto podía costar armar un PC de escritorio. Actualizar la tarjeta de video para lograr una mejor resolución en el juego nuevo. Armarle el computador a la tía o a los primos. Ese volante amarillo era replicado por los usuarios habituales y el mercado se movía alrededor de esos precios.

Compugreiff en sí era simplemente un almacén más, ubicado estratégicamente cerca de una de las entradas de Unilago. Su otra ventaja era tener una oferta variada para todos los presupuestos. En caso de flojera, el camino fácil era comprar todo ahí sin más. Eventualmente publicaron la misma información en Facebook o en su sitio web. 

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La siguiente coyuntura fue el cambio en la tributación para la importación de computadores. Todo lo que costara menos de USD 500 aprox (para la época) estaría exento de impuesto sobre las ventas. Computadores de escritorio, portátiles, tablets, celulares. De repente, era viable tener acceso a la Internet por el mismo dinero que normalmente gastarían en un equipo de sonido o un televisor. Ahí el público objetivo para los equipos ensamblados se redujo, pues para muchos era más fácil comprar un portátil (o un horrible todo-en-uno) de precio equivalente, aprovechando los esquemas de crédito disponibles en los grandes almacenes.

En esa visita a Unilago que hice hace poco, vi que la oferta ha cambiado y sólo algunos locales venden aún partes, particularmente para equipos de altísimo desempeño (videojuegos, transmisiones en vivo). El resto son reventas de equipos usados, de impresoras, reparación de celulares y accesorios varios. Compugreiff ya no existe. Aunque posiblemente todavía existan negocios de aquellos -no como era Compugreiff, sino su versión en las sombras- que evadan impuestos y hagan remisiones en vez de facturas (o eso me cuentan, yo no sé de eso).

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Hace sólo un par de semanas, alguien me contaba que tuvo que ayudarle a unas estudiantes universitarias porque las habían puesto a trabajar con un PC de escritorio y no sabían cómo prenderlo. La gente joven escribe mucho, sólo que de otra forma. Lo mismo, pero diferente.

junio 04, 2024

Attention-based

Hay un pana por ahí diciendo hoy que apague y vámonos.


El amigo en cuestión es relevante para el negocio de la ñoñada y por ello mismo, lo que comenta resuena por los rincones de Mastodon y otras redes sociales menos interesantes. Para este pana, lo que ha pasado en la última década tiene que ver con una sociedad basada en el conocimiento -y la fe infinita en la ciencia como camino a la realización como especie y como comunidad-. Pero que, a su juicio, ya todo tiene que ver con capturar la atención, como sea, para generar datos a usar. Una suerte de ciclo de realimentación de refuerzo donde la gente se queda cómodamente prestando atención a cosas y ofreciendo su tiempo a estas fuentes de... cosas.

Lo complementa con los desvaríos de la economía mundial en los últimos cinco años y las implicaciones de las decisiones económicas en el trabajo cotidiano de los ñoños. 

Y bueno, si uno va a ver, posiblemente sí. La app, servicio o funcionalidad que alguien esté pensando para alguna cosa suena y se percibe poco relevante con el panorama actual. Hay unos pocos silos (contados con los dedos de una mano) donde todos los datos existentes se están acumulando -como un robo continuado- para perseguir El Dorado contemporáneo: La computadora definitiva descrita por Asimov.

Estos silos moverán el dinero hacia esa cruzada y le venderán a todos basura en el proceso (vayan a ver lo que han hecho hasta ahora). Los demás, como usuarios de segunda mano de esa basura, seguirán despidiendo gente porque ya no es necesario empujar miles de funcionalidades para competir. Los ingenieros y programadores sobran, los científicos de datos escasean. 

El ingeniero que ha creado una burbuja de bienestar para sí mismo dice en el video que dejen todos de hacer cosas relevantes, metan su dinero en bitcoin -porque si las empresas pueden especular a lo grande, qué nos impide hacer lo mismo- y dedíquense al ocio. Dicho por supuesto desde un lugar muy cómodo en el mundo desarrollado del norte global.

 Y bueh, lo mezcla con un montón de conspiranoia bien mezclada en esa paella de ideas que le bota a la gente.

PD. Ya todos sabemos que lo que cambió con la pandemia global fue que salieron todos a alimentar la codicia. Este pana dice que todo se volvió juego suma-cero porque nadie genera valor. Yo creo firmemente que el problema está en que aquellos con poder están jugando suma-cero, ignorando voluntariamente que la ganancia máxima del juego está en la ganancia máxima colectiva. La cooperación siempre gana y hay pruebas matemáticas.

PD2. El no creer en la ciencia sino en lo que dice la Internet es lo mismo que ha pasado siempre. Hace cien años, los campesinos en Colombia bajaban los palos del telégrafo a machete porque eso era obra del diablo. La resistencia a los factos es algo que ha vivido siempre por ahí. Igual que el ponzi de la Academia; charlatanes ya había antes de los paper mills que alimentan las revistas indexadas con porquería. Digo yo.

mayo 30, 2024

Ranthought - 20240530

 El esfuerzo por salirse de las Google-cosas es más dispendioso de lo que uno habría pensado en un comienzo. La mudanza que recién termina de desempacar las cajas tampoco ha ayudado.

La caja microATX funciona perfecto y la fuente ThermalTake de 650W parece funcionar bien. Abrirla y limpiarla fue un reto divertido. La caja es compacta, para bien y para mal.

La board que estaba puesta, en cambio, no funciona correctamente. Después de limpiar todo y poner pasta térmica en el procesador y en el disipador, no arranca y se apaga tras unos segundos. Supongo que dañé algo en la board. Hago pruebas básicas con la fuente (hay dos pines que al hacerles short, prenden la fuente; lo hago y funciona normal), pero al prenderla desde la board, se apaga casi de inmediato. 

Los 16GB de RAM DDR4 son de alto desempeño. El procesador es un muy viejo AMD Athlon X4, de los que fritaba huevos.

Tengo ya cinco discos que quiero poner a funcionar, uno para el OS (que sería Debian) y los demás para montar un zpool ZFS y sacar mis archivos muy importantes de la nube que entrena LLVM con mis daticos.

Supongo que buscaré una board microATX y un procesador que no cuesten un montón de dinero. Y ojalá, más eficientes energéticamente. Una vez tenga mi pseudo NAS montado, supongo que seguiré con cosas como montar un sagrado proxy® para filtrar spam y alguna cosa de domótica.

Y una UPS pa que ninguna tormenta me frite todo.

mayo 27, 2024

Divergence

 ¿Y si alguien te dijera que todos esos hábitos tuyos son realmente señales de neurodivergencia?

Y si no fuese simplemente un conjunto de cosas que haces mal sino representaciones del cómo funciona tu cerebro.

Y si todas esas situaciones que se te quedaron como recuerdos emotivos fuesen realmente ejemplos claves de aquello que te hace particular (y no simplemente defectuoso o falto de disciplina/carácter/foco).


De pronto eso es lo que explica que haya terminado viviendo con el gato más disperso del mundo mundial.

marzo 31, 2024

Following the White Rabbit



I’m just a south american on his late twenties, following Arsenal on a regular basis during the last fifteen years or so. There’s no story about getting myself to Highbury, which is something that I deeply regret. Instead, there’s a story about finding without searching, about curiosity and facing the unexpected.

Up to the late nineties, the access to international football over here used to be quite difficult as it was often expensive and reduced to a few matches. Hence, the world cup finals were often the best chance to watch European players in a whole match instead of the 30-seconds video in the news, being France 1998 the last one I enjoyed in that kind-of-romantic way. Lots of people surely remember all the gossip going around Brazil and Ronaldo, but I cherish for myself another memory, vivid and joyful, which leaded me to explore and find out something else. I gathered many newspapers and magazines (El Gráfico, anyone?) with info about the teams, read a lot about the players and, while I actually watched most of the games for the fun of it, I tended to sat down and follow the Dutch team, curious about their humongous keeper and the defender with a really powerful free kick*, the kind of things that get the kids curious and interested –I guess-. And there he was. I found Dennis Bergkamp.

I have a rather vague image of the goal against South Korea and the same happens with the goal to Yugoslavia. But the goal forever imprinted in my mind was the one he scored to Argentina. I watched it as it happened: the long pass from De Boer, the shadow of the roof on the field, Dennis running through it, then he jumps controlling the ball as he gets in the argentinian box -one touch-, moving it inwards past Ayala -second touch-, and an elegant punt with the right foot -third touch-. Goal. That player that looked unable to challenge opposing defenders actually got rid of them with three touches, sending Ayala to the shops, into a boat back home. I thought then (as I still do) that it was the best goal I have ever seen as it shows an incredible talent used as an effective resource to defeat the opponent.

After that, I followed this somehow physically unimpressive dutch to his club. And there you go, I found the Arsenal. I read and I learned. The interest grew as time went on and… we got cable at home. Then I kept following the trail of the non-flying-dutch on TV as he played great football with some great companions like Henry, Pirès and Vieira (only with online videos, I could see him playing with Wright), even assisting some fancy guy named Robin in his last matches. I still remember the countless Sundays I woke up at 7 am to watch the games, the Invincibles, and much, much more.

During all that time I never had a single shirt, poster or even a desktop background. I just wanted to learn as I followed the white rabbit, pretty much like the old story. True magic. And with magic came love. Support, emotion, despair, sadness. All of them. Love for the club, the team and the people that gathers around it. Even now that I can interact with fellow gunners around the globe through whatever social network is at hand, as the feeling comes closer while the family-like interaction gets stronger.

I followed the white rabbit and I feel like living in wonderland, one matchday at a time.

* I know you know I was talking about Ed de Goeij and Ronald Koeman.


Something I wrote in 2012 to be shared in a fansite now extinct.

marzo 20, 2024

Your illusion

Uno se sienta a recordar cosas de Brasil 2014 y, aunque ahora se ve lejano, sigue esa sensación de creer que lo que hicieron esos muchachos en la selección de fútbol fue magia.

Al terminar ese partido, no dije nada y sólo aplaudí. Había estado sentado por tanto tiempo esperando eso y finalmente lo había visto.

Era magia. Nuevamente creía en la magia. La rutina de la vida dio lugar a lo impensado y a creer en cosas imposibles.

Llevaba un año sin poder beber un trago de cualquier cosa con alcohol. Me producía náuseas, posiblemente por asociarlo a numerosas cosas de los años difíciles. El gol de James desbloqueó alguna cosa o reorganizó algún patito fuera de fila. Rotaron la botella de aguardiente y me uní a la celebración.

Supongo que había dejado ir las ganas de no estar más en esa tribu. Porque uno también es la tribu a la que pertenece.

*

Hace un rato fui a Londres. Al norte, para ser más exactos. A tratar de hacer parte de algo que parecía estar sucediendo. Una emoción colectiva que era difícil de describir y podía ubicarse en algún lugar entre la alegría y la incredulidad. El miedo a hacer algo mal y romper el hechizo.

En algún punto, alguno de nosotros lo hizo sin saberlo y la magia se fue. El 2023 resultó ser una mierda de año y la ilusión se fue.

Pero la historia, el camino, la emoción colectiva. ¿Qué queda de la ilusión colectiva?

Tiendo a creer que todo queda. Que la inmensa mayoría de nosotros no vamos a cumplir muchos de nuestros sueños. Y está bien. No tenemos el derecho adquirido a nada. Somos todo lo que nunca llegamos a ser más allá de nuestra imaginación. Y también somos todo lo que vivimos, las emociones que albergamos.

Es una forma extraña de serlo todo. Todo al mismo tiempo, en el mismo lugar.                                            

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Y es entonces cuando todos estos seres que se la pasaban leyendo, viendo y oyendo historias sobre el romanticismo de comienzo del siglo vein...