febrero 19, 2020

Spend

El equipo al que sigo siempre ha estado en esa situación en la que la gente reclama que el dueño gaste un montón de dinero para poder competir con los otros equipos cuyos dueños gastan un montón de dinero. Sigue sin pasar y yo sigo agradeciendo que así sea. Sin embargo, la realidad no cambia y cada vez más, el fútbol como espectáculo se ha vuelto un escenario político. Más que en la época de Videla, podríamos decir.

Desde hace unos quince años, la presencia de multimillonarios en los estadios de fútbol se ha hecho la norma, despilfarrando cada uno más dinero que el anterior y haciendo obsceno lo que puede gastar un club comprando un jugador.

Pues bien, me encontré con una historia más sobre ésto. De Rusia, con amor y propano llega Gazprom a darle felicidad (y dinero) a los equipos europeos.



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