Entre mis primeros emails que aún existen en GMail, encuentro la primera base de datos en Oracle que hice para un proyecto de verdad. Varios documentos relacionados. Instaladores y scripts SQL variopintos. Y entre todo eso, un instalador de Firefox 0.9.3.
Un instalador que, por estar en un humilde archivo punto exe, GMail bloquea sin compasión. Antes, en el lejano 2004, GMail estaba preocupado por ser rápido y ofrecer más espacio, no por ser seguro. Por eso mismo, mi cuenta estaba llena de instaladores que mantenía a la mano o que compartía usando la cuenta de correo en la que sí cabían.
Así pues, mi espacio de almacenamiento dice que me estoy aferrando a un viejo instalador que ni siquiera puedo usar. Como en la vida real, también hay apegos irracionales a lo intangible. Bien haríamos en borrar muchas cosas que ya no volveremos a usar (ni siquiera para pensar en el pasado, usándolos como puente a los recuerdos). Fotos, emails, archivos. Información que ya es sólo basura y que bien haría en volverse nada y ceder su espacio a cosas nuevas. Servidores que mantenemos llenos y prendidos al cien por ciento de su capacidad, alojando y ofreciendo sin descanso cosas que no usamos.
Qué desperdicio de todo.
noviembre 26, 2018
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