junio 21, 2008

Leones

Llanura - disponible en Wikimedia


Un hombre en la llanura, bajo el Sol ardiente camina. Cansado por su esfuerzo bajo el sofocante calor encuentra un poco de sombra en un viejo árbol. El hombre, sin notarlo, se había sentado al lado de un León. El majestuoso León, descansando en su reino lo observaba con un desgano propio de la hora. -¿Quién eres tú? - preguntó el hombre, -soy un León- respondió el animal. El hombre observando a ese poderoso animal le preguntó -Tú, majestuoso animal, ¿quieres hacer un trato conmigo?- El León intrigado movió la cabeza. -Tú, viajero, ¿qué me puedes ofrecer?- El hombre tomó su bolso y empezó a hablar -Te puedo enseñar el mundo, te puedo enseñar los idiomas del hombre, sus costumbres. Hasta te puedo enseñar cómo tratar de ser hombre-.

-Eso no me interesa- le contestó el León. El hombre miró al León y con un aire de superioridad, el hombre contestó -Es verdad León, cómo te puede interesar esto, si tan sólo eres un León, tú no puedes cambiar. Tú estás condenado a ser León-.
El animal, con su quijada sobre el ardiente suelo, respiraba. Su nariz jugaba con las partículas de polvo que levanta cada exhalación. -No estoy condenado, sólo soy- susurró. El animal alzó su enorme cuerpo y cambiando su posición, observó al hombre y con voz grave prosiguió -Los leones hemos aprendido desde tiempos ancestrales a no hacer tratos con los hombres, Los leones no hacemos tratos con los hombres-.

El viajero intrigado le preguntó a León -¿Por qué?-. El León, poniendo su cara hacia donde ese tenue viento soplaba, contestó -Los hombre son peligrosos, cambian; cambian como este viento que ahora mismo golpea en mi cara-. El viajero, sin prisa y con un ansia increíble de controvertir al León replicó -Querido León, eres un poco ingenuo. Las cosas cambian, la vida es cambio, si no comprendes eso no eres Libre-.
El León volvió a su posición inicial, su gran cuerpo, en el cual se podían observar las múltiples heridas que la dura llanura le había dejado, y acto seguido rugió -Los Leones somos Leones y nos dedicamos a esto. Somos valientes no por situación somos valientes por esencia,... Los hombres no son hombres son muchas cosas más, son amigos, son enemigos y cambian según la situación, su esencia es no tenerla-. El viajero, mirando que este animal, ingenuo por demás, se estaba burlando de sus creencias, respondió -Eso que llamas esencia no es más que una ilusión, no es más que algo que imaginas-.
-La esencia es lo que somos, por eso yo soy un León y las situaciones no me hacen cambiar mis actuaciones; tú ahora podrás mostrarme tu lealtad, tú podrás mostrarme ahora que eres mi amigo, pero al final no eras eso, pues sólo esperabas la situación propicia para cambiar, esperabas cualquier momento para cambiar eso que creías ser; eso, viajero, es una ilusión, es tu ilusión de ser-. El hombre, ya irritado, miró al León y replicó en un tono más grave -Eso no lo sabes León! Tú no puedes escribir el futuro, tú no sabes de qué hablas-. El León, como esperando algo en el horizonte, se sentó y con una voz pacífica para tan majestuoso espécimen respondió -Es eso mismo lo que te digo, tu crees que la vida va cambiando según el tiempo y que tú te debes acomodar según las circunstancias-.

El León volteó su enorme cuerpo, miró al hombre fijamente y lo miró diciéndole -Este árbol ha visto el eterno cambio de las primaveras, otoños e inviernos, ha pasado sequías, ha pasado inundaciones y nunca ha dejado de ser árbol. Yo nací León y soy valiente, porque no hacerlo significa traicionarme. Tú, querido viajero, no eres otra cosa que una vaga ilusión, sólo una imagen que se vende ahora para poder obtener algo de mí. Dime por qué, si existe en ti algo que se llama esencia, no estás con otros hombres, por qué estás solo sin ninguno de esos compañeros que alguna vez tuviste? donde están aquellos con los que alguna vez algo compartiste?-. El León dejó de mirar al hombre y volteó, el hombre observó la llanura y pudo ver otros 2 leones acercarse.

-Hasta luego hombre y espero que encuentres tu esencia. Las cosas van y vienen, como tú dices, pero al final sólo cuenta aquello que has construido con tu esencia-, y el León se reunió con sus semejantes.

Der Führer des Alfabravoteam

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