octubre 24, 2007

Resistencia

Aún más que las dietas a las que muchos y muchas se someten buscando una apariencia acorde con los prejuicios y la cultura popular en cuanto a la estética del cuerpo humano se refiere, aún más que la negación de los impulsos y del placer subsecuente, resulta realmente difícil someter a la propia mente a una dieta de hábitos que normalmente llevarían a un estado inoperante aunque activo.

Esta dieta de la mente pasa por reducir el contacto con ciertas actividades, una en especial, que de forma irreparable destruyen el impulso creativo para sumir al sujeto en un estado vegetativo durante el cual se nutre de banalidades colectivas. Espero que el ánimo perdure y que los resultados sean los esperados, o algo inesperado pero mejor incluso.

Dieta de la mente... toda una odisea, un viaje a la luna en busca del tiempo perdido...

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