Cuando uno ve cosas en la tele o en un libro, se hace un poquito más difícil seguir el pacto de ficción con el autor después de pasar por algo que da nuevo conocimiento sobre cómo funciona el cuerpo humano (o cómo no funciona). En mi caso, creo que una persona con un roto en la barriga no se va a poder sentar sin ayuda por semanas (y ni hablemos de ponerse de pie). ¿Sentarse en un andén o en algo por debajo de las rodillas? ¿amarrarse los zapatos? ¿cagar tranquilamente? ¿caminar sin apoyo adicional?
Ni por el putas.
Digamos: June Osborn no tenía cómo sentarse a charlar al comienzo de la cuarta temporada del Cuento de la Criada. Ni por el putas uno está cerrando un hueco en la tripa que supura y mágicamente se puede sentar en cualquier parte a echar chisme con la gente.
Y así. Como que uno construye nuevos canales para la empatía (o para lo contrario).
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