Anoche soñé que L. se las arreglaba para encontrarme y decirme Qué viejo estás, te quedaste solo.
Es tremendo ver cómo uno proyecta los miedos propios en existencias ajenas. Que además son supuestas porque ya ni certeza de su ser hay. Y bueno, parece que persiste el miedo a aquel deseo vestido de maldición.
octubre 07, 2016
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