Pro tip: Cuando todo duele mucho y todos los recuerdos se llenan, de repente, de desconfianza y dudas, salgan y busquen esos recuerdos que no dependen de alguien. Esos recuerdos que detengan la caída y que den un piso firme para continuar con su camino. Recuerdos que no aviven el dolor presente.
No importa la hora, el lugar. Vayan a por ellos, alcáncenlos, díganles que les pertenecen. Son sus recuerdos y se quedarán con ustedes. Ustedes elegirán cuándo usarlos pero siempre deberán estar ahí, a la mano.
Poderoso punto terapéutico, les cuento.
Me recuerda esto: http://malditazanahoria.blogspot.com/2013/10/tesoros.html
ResponderBorrarAbrazos. Siga adelante, con fuerza como esos muchachos del fútbol que les cascan y siguen jugando ese deporte aburrido.
:)
Hola, May.
ResponderBorrarEs precisamente eso. Uno trata de enriquecer lo que está en la cabeza con lo que guarda debajo de la cama.
Y sin embargo, lo que no sobrevive por su cuenta no valió nunca la pena.
Gracias por leer. Te quiero.